En la entrada anterior vimos una panorámica de los registros lingüísticos (dentro de las variedades diafásicas o estilísticas de la lengua) pero, sin duda, si queremos un buen ejemplo de estos (también llamados variedades diastráticas de la lengua) tenemos que acudir al autor Raymond Queneau que en sus Ejercicios de estilo creó un relato (era más bien una anécdota) y lo contó de ¡99 formas distintas!
Es fantástico para comprobar los distintos registros de la lengua. Los textos los he extraído del blog Controla tu lengua (¡muy interesante!)
El incidente
Una mañana a mediodía, junto al parque Monceau, en la plataforma trasera de un autobús casi completo de la línea S (en la actualidad el 84), observé a un personaje con el cuello bastante largo que llevaba un sombrero de fieltro rodeado de un cordón trenzado en lugar de cinta. Este individuo interpeló, de golpe y porrazo, a su vecino, pretendiendo que le pisoteaba adrede cada vez que subían o bajaban viajeros. Pero abandonó rápidamente la discusión para lanzarse sobre un sitio que había quedado libre.
Dos horas más tarde, volví a verlo delante de la estación de Saint-Lazare, conversando con un amigo que le aconsejaba disminuir el escote del abrigo haciéndose subir el botón superior por algún sastre competente.
El incidente en versión ampulosa
A la hora en que comienzan a agrietarse los rosados dedos de la aurora, cabalgaba yo, cual veloz saeta, en un autobús, de imponente alzada y bovinos ojos, de la línea S de sinuoso periplo. Advertí, con la precisión y agudeza del indio presto al combate, la presencia de un joven cuyo cuello era más largo que el de una jirafa de pies ligeros, y cuyo sombrero de fieltro hendido estaba ornado con una trenza, cual héroe de un ejercicio de estilo. La funesta Discordia de senos de hollín vino con su boca hedionda por desdén del dentífrico; la Discordia, digo, vino a inocular su maléfico virus entre este joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero, y un viajero de borroso y farináceo semblante. Aquel dirigióse a este en los siguientes términos: <<¡Óigame, malvado ser, diríase que usted me está pisoteando adrede!>> Así exclamó el joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero y fue, presto, a sentarse.
Más tarde, en la plaza de Roma, de majestuosas proporciones, reparé de nuevo en el joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero, acompañado de un camarada, árbitro de la elegancia, el cual profería esta crítica que me fue dado percibir con mi ágil oído, crítica dirigida a la indumentaria más externa del joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero: "Deberías disminuirle el escote mediante la adición o elevación de un botón en la periferia circular".
El incidente en versión jergal
O sea, qué palo, colega, el cacharro no venía ni pa tras. Y yo que llegaba tarde al curre. Y luego, qué alucine, qué pasote, iba lleno cantidad. Y me veo, o sea, un chorbo cantidad de pirao, con un sombrero cutre mangui perdido. Y de pronto le dice a un pringao que lo estaba pisoteando, el muy plasta, que le había dejado el pie chungo. De pena, colega. Jo, qué demasiao, qué fuerte. ¡No veas! Y en pleno mosqueo, al tío le da corte, pasa total y se larga, a sentarse a toda leche.
Y, o sea, dos horas más tarde, vaya tela, colega, me lo veo enrollao con un tronco que le comía el coco diciéndole que estaría guay con otro botón en la chupa. De buten. ¿Vale o no vale, tío?
Y para acabar, os dejo con una actividad interactiva (¡para no perder la costumbre!)
✪ Un test de Testeando sobre La situación, el contexto y los registros
Y para acabar, os dejo con una actividad interactiva (¡para no perder la costumbre!)
✪ Un test de Testeando sobre La situación, el contexto y los registros
Elisa, tengo el libro en casa de Queneau: es genial y da mucho juego.
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